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Català

viernes, 28 de octubre de 2011

10. Por el Imperio hacia Dios: Falange y Nacional-Catolicismo


   El ideario del bando nacional, propagado de forma masiva y continuada, era una mezcla de dos corrientes básicas: el falangismo-fascismo y el tradicionalismo-catolicismo. La iconografía adoptada por el conglomerado de fuerzas sublevadas, fue básicamente la de Falange Española. El fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, tras ser fusilado por la República en noviembre de 1936,  fue utilizado como símbolo y mártir del nuevo partido único. Se le convirtió en un mito. Era “El Ausente”. Al grito de su nombre se respondía "Presente". Su imagen estuvo presente junto a la del Caudillo y un crucifijo, durante varias décadas, en todos los centros oficiales, aulas, etc. Por supuesto también apareció profusamente en tarjetas patrióticas y en sellos, aunque en cantidad muy inferior a la del Caudillo.

   La Iglesia Católica bendijo el Alzamiento y le dio el tratamiento de “Cruzada”.  El general Kindelán en la despedida de la aviación alemana e italiana (mayo 1939), dijo: “Luchamos contra el comunismo, la masonería internacional y los judíos, y las vencimos, con la ayuda del Altísimo y de la Virgen María..”. En las postales patrióticas vemos como el Sagrado Corazón de Jesús, la Virgen del Carmen y Santa Bárbara, iluminaban y protegían al Caudillo. Se aceptaba que su poder tenía origen divino. Pasó a ser “Caudillo de España por la gracia de Dios” y entraba en las iglesias bajo palio.


   Ernesto Giménez Caballero decía en 1938 “La sonrisa de FRANCO tiene algo de manto de la Virgen tendido sobre los pecadores..”. La Virgen era “...Capitán General de Nuestros Ejércitos, Caudillo Divino que, desde el cielo, puede guiar los pasos del Caudillo terreno..” 







   

  La Virgen más patriótica era la Virgen del Pilar, a la que se dedicaron muchas tarjetas postales. Varias de ellas explicaban el “tan maravilloso como verídico asunto” de “gran actualidad”, de la no explosión de tres bombas lanzadas por “un avión enemigo de Dios” en agosto de 1936.  La que mostramos a continuación, “éxito de venta” ya en septiembre de 1936, es la que utilizaba su editor como muestra publicitaria.

Las Vírgenes y Cristo Rey aparecen con frecuencia en las listas de “vivas” que adornan los sobres. Más sorprendentes resultan los “vivas” a San Francisco Solano y a La Manquita (la Catedral de Málaga).



   El lenguaje que caracterizaba al bando nacional estaba impregnado de teatralidad y retórica poética.  Puede valer como ejemplo esta carta escrita en septiembre de 1936, por un Teniente Coronel, para agradecer un donativo. Este mismo Teniente Coronel creó el “Batallón de Voluntarios de Córdoba”, fuerza de choque que se hizo famosa por sus persecuciones de rojos en los primeros meses de la guerra.




 
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